PROPUESTAS PRÁCTICAS PARA APLICAR LA EDUCACIÓN EMOCIONAL EN CASA

Estimadas familias,

A continuación os señalamos una serie de reflexiones y prácticas propuestas por Emilio Ruiz (asesor de atención a la diversidad y educación permanente del CEP)  para que apliquéis la educación emocional en vuestra familia.

  • Hablar de las emociones con total naturalidad, sin dramatizaciones.
  • Aprovechar las interacciones naturales que surgen espontáneamente en el hogar para que reflexionen sobre sus propios sentimientos y los de los demás, y aprendan a conocerlos y gestionarlos.
  • El adulto transmite y puede contagiar el estado emocional y anímico a través de su tono de voz, gestos, contacto físico, etc. Cuidar todos los aspectos relativos al lenguaje no verbal.
  • El control emocional se aprende observando a otros cómo se controlan. Somos modelos para nuestros hijos.
  • Los padres deben reconocer sus emociones, para facilitar que sus hijos reconozcan las de los demás, además de las propias.
  • Aceptar los sentimientos de los hijos.
  • Permitir que expresen, sin prohibiciones, las emociones que sienten. Toda persona tiene derecho a expresar su tristeza, alegría, enfado, rabia, malestar, etc. No se les debe decir: «No llores», «Qué tontería», «No es nada», «Ya se te pasará», ni expresiones de ese estilo.
  • No eliminar las emociones negativas. Sentir miedo, angustia, culpa o vergüenza es tan natural como sentir alegría, felicidad, amor o cariño.
  • Recordarles que les queremos, sientan la emoción que sientan, por ejemplo, cuando están enfadados o tristes.
  • Dejar que los niños se familiaricen con estrategias que fomentan el bienestar: practicar el masaje para relajarse, cantar, bailar, dialogar, sonreír, etc.
  • Contemplar y manifestar el lenguaje emocional a través del cuerpo y la palabra.
  • Dedicar tiempo a sentarse y a hablar con los hijos y, especialmente, a escucharles.
  • Jugar con ellos. El juego es una poderosa herramienta de entretenimiento y de entrenamiento emocional, además de que permite poner a prueba las propias capacidades y favorece las relaciones interpersonales.
  • Al tiempo, y sin ser contradictorios, dejarles solos por momentos, que busquen entretenimientos y juegos por sí mismos, que aprendan a ocupar su tiempo, que se aburran. El aburrimiento es un motivador primer paso hacia la iniciativa y la toma de decisiones.
  • Animarles a sentir la emoción y a expresarla de forma correcta.
  • Ayudarles a comprender que de la emoción no necesariamente debe derivarse un comportamiento (ej.: frustración-enfado; ira – violencia)
  • Enseñarles a que tengan en cuenta la perspectiva del otro. «¿Cómo te sentirías tú si…?».
  • Permitirles que se equivoquen y aprendan a ser más autónomos emocionalmente.
  • Ayudarles a reflexionar sobre las consecuencias de sus actos, haciéndoles que asuman siempre la responsabilidad de aquello que decidan.
  • Permitirles que prueben, que ensayen, que lo intenten, que decidan, que cometan sus propios errores.
  • Evitar tomar decisiones por ellos, en especial en temas que no tengan gran trascendencia o que se relacionen con sus ocupaciones y sus intereses. Por ejemplo, no decidir por ellos en lo tocante a sus juegos, amigos, ropa, gustos, iniciativas, entretenimientos, etc.
  • No olvidarse de que son niños. Necesitan jugar, divertirse, pasarlo bien. No todo han de ser responsabilidades y tareas.
  • Por último, los niños entienden perfectamente el lenguaje emocional porque es su lenguaje. Aprovechemos esta circunstancia para ayudarles a mejorar mientras mejoramos a su lado en este terreno.

Los padres, por su parte, pueden establecer su propio programa de educación emocional para aplicarse a sí mismos y así progresar también en el conocimiento y gestión de las propias emociones. Pueden, por ejemplo: 

  • Reorganizarse para sentirse mejor. Planificar el propio tiempo con actividades satisfactorias, dentro de lo posible. Si el padre está bien, el hijo estará bien.
  • Revisar las actividades que te motivan y te llenan, comprobando el tiempo que les dedicas. Comparar el círculo de vida real y el ideal, el actual y el soñado, tanto en lo concerniente a relaciones sociales, familia, trabajo, aspectos personales y ocio. Intentar acercar el círculo real al ideal.
  • Reconocer nuestras emociones y las de nuestros hijos. Atender a las propias emociones. Enseñar al niño a atender a las suyas
  • Observarse a uno mismo. ¿Qué me ha ocurrido hoy? ¿Cómo me siento?
  • Observar al hijo y preguntarle. ¿Qué te ha sucedido hoy? ¿Cómo te sientes?
  • Tomar conciencia de nuestras reacciones emocionales ante los hijos.
  • Es útil completar la hoja de trabajo «Te comprendo», en la que el padre describe la situación, su respuesta y el sentimiento provocado en su hijo, para más tarde plantear posible respuestas alternativas y los sentimientos que éstas provocarían.
  • Mostrar nuestros sentimientos. Mostrar interés por sus sentimientos.
  • Practicar la escucha activa.
  • Reconocer el propio estado de ánimo e intentar gestionar las emociones que provoque de la mejor forma posible. Si se ha tenido un mal día, por ejemplo, buscar estrategias prácticas para reconducir los sentimientos, como antes de entrar en casa en esas condiciones, dar una vuelta, respirar profundamente, aplicar algún ejercicio simple de relajación, escuchar música o comer chocolate.
  • Enfadarnos con la persona adecuada. Procurar no descargar nuestra sobrecarga emocional sobre las personas más cercanas y más débiles, que son los hijos.
  • Reconocer nuestros propios errores. Aprender de los errores.
  • Controlar los propios miedos. Los miedos de los padres marcan los límites de la libertad de los hijos.
  • Intercambiar experiencias con otros padres. Utilizar los encuentros de familias, las escuelas de padres y los encuentros espontáneos o improvisados, para aprender con y de las otras familias.
  • Como «receta final”, esencial en la tarea educativa, «no hacer nada por él que pueda hacer solo», es decir, siempre que sea posible, permitirle que sea él mismo y que aprenda de su propia experiencia. Quien sea capaz de aplicar esta máxima le estará permitiendo alcanzar lo mejor de sí mismo.

 

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